Sacudidas

Conocí a un hombre, hace algún tiempo, que daba sacudidas. Así, sin más.

Era igual si existía confianza. Era igual si te conocía.
Decía que tenía una sensibilidad especial. Que percibía cosas. Que sabía lo que necesitabas escuchar para provocarte actuar.

Las sacudidas no eran físicas, obviamente. Aunque a mí consiguieron moverme de lugar. Concretamente, de todo aquel que estuviera demasiado cerca.
Ese atrevimiento en decir y opinar, más desde su supuesta sabiduría que teniendo en cuenta la predisposición del otro a escuchar, pudo con mi paciencia y con mi comodidad.

He metido varias veces un pie -y en ocasiones … Leer más

Cerrando etapas

Leí el otro día que no nos provoca estrés la cantidad de tareas que tenemos por hacer sino lo poco que dedicamos a las que nos gustan. Si tus obligaciones se comen el tiempo de tus pasiones, mal.

Yo he dejado de leer, de escribir, de pintar, de correr… Y de fotografíar, sobre todo, cielos.

El protagonista de la película Smoke tomaba una foto cada día, a la misma hora, en la misma esquina de Brooklyn. Tenía álbumes llenos de imágenes que, si los sabías leer, contaban bonitas historias. Las mías no las cuentan, pero también estuve grandes temporadas publicando … Leer más

Todo lo que no puedo decir, Emilie Pine

Por suerte, ahora la crianza es muy diferente. A las generaciones anteriores se nos invalidaron muchas emociones.

El miedo, pero sobre todo la tristeza, eran “cosas” para débiles. No se nos permitía llorar porque teníamos que ser valientes. Te caes, pues te levantas. Te enfadas; te desenfadas.

Sin querer, aprendimos que hay cosas que no se pueden decir. Se deben esconder para parecer fuertes. Cubrir un tupido velo y aquí no ha pasado nada. 

Y no hace falta comentar que todo lo que queda debajo tarde o temprano deberá ser tratado en terapia. 

Cuando existe mucho amor, en ocasiones no … Leer más

Los reyes de la casa, Delphine de Vigan

“Creían que el Gran Hermano se encarnaría en una potencia exterior, totalitaria, autoritaria, contra la cual habría que rebelarse. Pero Gran Hermano no había tenido ninguna necesidad de imponerse. El Gran Hermano había sido acogido con los brazos abiertos y el corazón ávido de likes, y cada cual había aceptado ser su propio verdugo. Las fronteras de lo íntimo se habían desplazado. Las redes sociales censuraban las imágenes de tetas y culos. Pero a cambio de un clic, de un corazón, de un pulgar levantado exponíamos a nuestros hijos, a nuestra familia, contábamos nuestra vida. Cada cual se había convertido … Leer más