
De pequeña, me daba pavor que se olvidasen de mĂ a la salida del colegio. No sabĂa llegar a mi casa y la madre de un compañero de clase nos recogĂa a unos cuantos para repartirnos. Luego aprendĂ el camino, pero esa sensaciĂłn de ansiedad hasta estar sentada en la parte de atrás del Renault supercinco la tengo muy presente.
Ese mismo miedo fue el que me llevĂł a pedir a mi padre que acompañásemos a una niña a quien un dĂa sĂ habĂan olvidado. Ella vivĂa en una zona residencial y, aĂşn sabiendo el camino, quedaba muy lejos.
Un … Leer más