
Quería prescindir de la primera obra de Sally Rooney, pero la emisión de la nueva serie basada en esta novela modificó mis planes. Si puedo, prefiero leer el libro antes para no encerrar mi imaginación en una pantalla. Y qué bien este cambio de voluntad porque llevo 4 capítulos de la serie y echo de menos muchos detalles importantes de las relaciones entre los personajes.
Frances y Bobbi son dos estudiantes -ahora amigas, pareja antes- que en sus ratos libres practican “spoken word”, un tipo de performance poética. A raíz de un artículo del que serán protagonistas, conocen a Melissa -escritora- y Nick -actor-; una pareja algo mayor que ellas. A partir de este momento, empiezan los encuentros sociales por la noche dublinesa, las cenas y las veladas en casa del matrimonio, algunos días de vacaciones compartidas en Francia…
Estas incipientes relaciones que se van trazando entre ellos nos las cuenta Frances, de quien conoceremos también los miedos, las verguenzas y los orígenes.
Como viene siendo habitual en los libros de Rooney, en estas páginas se habla de arte y de literatura, se mezclan personas de diferentes clases sociales de manera natural, se apunta un atisbo de crítica social y se normaliza la no monogamia como opción relacional. Además, se visibiliza la endometriosis hasta el punto de convertirla en un personaje propio.
Sin entrar mucho en el eterno debate sobre Rooney, te diré que he leído sus tres libros y seguramente haré lo propio cuando publique el siguiente. ¿Es este libro un superboom literario? Pues no sé, pero me parece que solo por llevar impreso su nombre en la portada la vara de medir ya la subimos unos peldaños. Creo que es innegable que Rooney tiene una gran capacidad para mostrar las incongruencias humanas de una forma muy natural. De desvelar esas capas de orgullo que a veces tapan nuestra vulnerabilidad; esa displicencia que intenta ocultar algunos miedos. El problema es que, a veces, sus personajes no caen bien.
Para mi, Conversaciones entre amigos ha sido un libro refugio. Un oasis ideal para desconectar de mi mundo y perderme en el de ellos. 300 páginas que hacen compañía y duran demasiado poco.