Quien me conoce bien sabe que estoy en lucha constante contra las películas románticas de los 90 porque creo que han hecho un flaco favor a la población femenina de mi generación.

A una edad demasiado prematura para darte cuenta que no es oro todo lo que reluce, te venden todo tipo de historias de amor imposible con finales felices. Príncipes encantadores que te sacan de la miseria y te llenan la vida de amor y de lujo, como en Pretty woman; amores epistolares 2.0 que te devuelven las ganas de amar y te cambian todos los valores, como en Tienes un e-mail; amores eternos que se despiden de ti incluso muertos, como en Ghost; o tios malos y pendones que pudiendo escoger a cualquier pibón te eligen a ti, poco madura y todavía con la nariz sin operar, como en Dirty dancing. Y así hasta un sinfín… Y no, no me gustan porque son irreales y generan demasiadas expectativas. Por eso, cuando encuentro joyas como Once, me llegan al alma. Porque son películas reales, con gente real, con sus amores y sus desamores, y con finales como la vida.

Once se rodó en el 2006, pero, aún teniendo un Oscar por la mejor música (Falling Slowly) nunca había oído hablar de ella. Ha sido un tesoro que he descubierto esta semana. Es un musical rodado en Dublín, dirigido por John Carney e interpretada por Glen Hansard (de la banda de The Frames) y Markéta Irglová. Con muy bajo presupuesto, una puesta en escena muy realista, cámara en mano, movimientos nerviosos y frecuente uso del primer plano nos explican, entre bonitas canciones, una historia de amor moderna y creible. Un encuentro entre dos personas con el corazón herido, que se sienten solas y que encuentran en el otro las ganas de compartir.

En la vida hay personas, y hay momentos. Y cuando las personas adecuadas se encuentran en el momento adecuado es perfecto. Pero a veces cuando es el momento no es la persona adecuada, o cuando ES la persona no es el momento. Y esa triste dulzura hace que ese amor se guarde con especial ilusión melancólica en el corazón.

¿Qué es la vida? Un frenesí ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son»  Pecro Calderón de la Barca.

Os dejo la canción ganadora del Oscar. Es preciosa.