
Buscando parar un poco el ruido mental y bajar las sensaciones al cuerpo, hace algunas semanas empecé con mis clases de cerámica.
Olvidar el móvil, embarrarte hasta los codos y enfocar toda la atención en la pieza que tienes en tus manos es hipnótico. Aprender a trabajar el material, notar las diferentes texturas e intentar conseguir el mismo grosor en todos los lados es una de las mejores formas meditativas que he encontrado.
Yo creía que también era una buena manera de trabajar las expectativas y el desapego. Nunca sabes lo que va a salir y siempre se puede romper. … Leer más