
Una de las meditaciones que más me gusta es hacer el «muerto» en el agua. Me relaja, me conecta y me ancla en el ahora.
Al principio cuesta soltar el control: ¿Chocaré con las señoras de al lado? ¿Me comeré esa piedra? ¿Me habré movido mucho? ¿Me robarán el móvil y yo aquí tan tranquila? Pero poco a poco te vas relajando y ya todo eso da igual.
Cierras los ojos y notas como las olas te mecen suavemente mientras los rayos del sol acarician tu piel. Escuchas los ruidos de los niños jugando en la playa, pero a lo … Leer más