
Nunca me he sentido tan colmada de sorpresas, de detalles, de regalos, como en esa época. Con él. Una cree que es lo normal, la ilusión del principio que después baja como el soufflé. Pero no. La consistencia se mantenía en el tiempo.
Y qué bonito que piensen en ti, que se acuerden de ese libro concreto del que hablaste una sola vez, que te llenen de flores y busquen provocar siempre una sonrisa porque sí.
Pero la vida va y viene, y no se detiene, qué se yoooo (perdón, sigo). En las maduras esto es ideal, pero en las … Leer más